Estoy preparando un entrenamiento para nuestro liderazgo principal, y me encuentro con esta frase de John C. Maxwell:
“Reproduces lo que eres, no lo que quieres”.
Se trata de la ley del magnetismo, que dice que atraemos a quienes son como nosotros.
Me pareció muy interesante este concepto. sobre todo, pensé en cómo se aplica en el mundo cristiano.
En dicho mundo, en sentido general, aunque todos servimos a Dios, vemos que cómo individuos que somos, todos nos vamos alineando alrededor de aquellos que poseen nuestros mismo valores.
Creo que esta es una de las razones, por las que existen tantos y diversos grupos. 🤔
Hace unos días, alguien (refiriéndose a otra persona, que había dado un cambio muy drástico a sus principios y valores), me comentaba:
“Pastor, no entiendo cómo una persona de su nivel llegó a eso. Tanto ella como yo, y muchas otras personas del ministerio que hemos tenido la oportunidad de trabajar con esa persona, estamos sorprendidos, de su comportamiento.
Esa persona, no es así, Sin embargo, vende otra imagen. Y está rodeada de personas que alaban eso”.
Teniendo en cuenta esta la ley del magnetismo, podemos observar que quienes rodean y festejan este cambio de comportamiento, lo hacen porque muy probablemente tengan valores similares.
Quizás has escuchado decir, en lenguaje “evangélico” : “Cada hueso con su hueso”.
Es como si la frase que escuchábamos de niños, sigue resonando en nosotros: “Dios los cría y ellos se juntan, (el viento los amontona 😎😇🤣)”.
Y honestamente, eso no está ni bien ni mal, no se trata de juzgar a la persona, sino de aprender a observar y elegir con quiénes queremos relacionarnos en función de quiénes somos.
Si somos personas que queremos y buscamos el bien de los demás, será muy difícil que nos relacionemos con personas que solo buscan réditos económicos o que se relacionan por títulos.
Cuando encontramos a alguien que no está en nuestra misma sintonía y tratamos de forzar una conexión con esa persona, pero la misma posee valores diferentes a los nuestros, de inmediato comenzarán a surgir todo tipo de obstáculos.
Muchas veces, tendremos que responder preguntas como: ¿Estoy Insistiendo mucho? ¿Es esa persona alguien a quien quiero tener en mi vida o ministerio? ¿Luego de hablar con ella me siento mejor?
Las respuestas que demos a estas preguntas, serán claves.
Cuando somos fieles a quienes somos, también las personas que se nos acercan traerán esa misma fidelidad y valores.
Si crees que estás rodeado de personas negativas, te invito a preguntarte:
¿Cómo es mi propia vida? ¿Estoy siendo negativo?
Las personas se atraen y son atraídas con trasfondos similares, o con historias parecidas.
Habrás visto que en algunas iglesias, que cuando sale un pastor, la congregación se inclinará poco a poco, hacia lo que dicho pastor refleja cómo sus valores (Si el pastor es músico, la iglesia se llenará de músico), la gente rodeará a los líderes que son cómo ellos.
Puede que esto, de no tenerse cuidado, limite la propia evolución de la institución, pero es lo que sucede.
Algunas de las razones por las cuales las personas se atraen:
Valores: pueden ser, positivos o negativos, eso no importa, son valores al fin.
Talento: las personas se reúnen y asocian en función al talento, inteligencia, capacidad, excelencia que poseen o creen que poseen.
Energía: las personas se atraen por niveles de energía similares.
Alguien con energía alta siempre te subirá de nivel, pero si su energía es baja, siempre tratara de bajarte.
“Cuanto mejor sea el líder, mejores lideres, atraerá y reproducirá en su equipo”.
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