Dedicada, especialmente a los que me han pedido que siga con el tema… ¡A todos muchas Gracias!
En nuestra primera reflexión, les hablé sobre: “La gran diferencia que existe cuando alguien decide invertir en sí mismo y no tan solo invertir en cosas para sí mismo”.
Permíteme pasar a probar mi punto.
Muchos de nosotros, hemos sido enseñados a invertir nuestro tiempo y recursos en cosas banales, con la falsa promesa de que al adquirir tal o cual cosa, estaremos “felices y satisfechos”.
Esto explica, en parte, porque nos fascinamos y luchamos tanto por vivir en sociedades que giran en torno al consumo excesivo de bienes y servicios.
Y es que, a diario somos bombardeados con publicaciones que nos hacen pensar que nuestro “valor” como personas está determinado por LO QUE TENEMOS y no por LO QUE SOMOS.
Y aquí existe una línea muy delgada y paso a ilustrar.
A diario vemos personas que durante toda su vida, han estado más preocupadas por el “Tener” que por “Ser”.
Y por favor, no creas que estoy en contra de cierto tipos de inversiones (yo también amo lo bueno, lo cómodo, lo moderno). A lo que me refiero es al error de pensar que esas cosas son las que definen: “Quien soy”.
“Dime que tienes y te diré quién eres”, parecería ser el slogan favorito de muchos hoy.
Pero una verdad es esta:
– ¡No eres el auto que manejas!.
– ¡No eres la casa y el vecindario en el que vives!
– ¡No eres los países a los que se te permite la entrada!
Obtienes y tienes esas cosas, pero ninguna de ellas pueden definirte.
En otras palabras, no se trata de lo que tienes, se trata de quien en realidad eres.
Así que deja de pensar que cuando obtengas esas cosas, entonces, comenzarás a “Ser”.
¡Ya eres! Eres Padre, madre, hijo, hija, hermano, amigo, eres un ser humano creado a una y semejanza de Dios.
¡NO NECESITAS TENER MÁS!
¡NECESITAS SER MÁS!
Por lo tanto, vuelvo y repito:
¡Debes estar dispuesto a dejar de invertir en cosas para ti y comenzar a invertirlo en ti!
Es decir:
Deja de estar orgulloso por tener el iPhone 15, (Si solo lo usas para tirar fotos y ver redes sociales).
Deja de mostrar que viajas tanto, si teniendo una familia, todavía no tienes un techo seguro para ellos.
Deja de comprar la última cartera ”GUCCI” o “PRADA, si no puedes darte el privilegio de pagar por un entrenamiento de alto valor.
¡Hoy mismo, algo debes cambiar!
¡Si ya pasas de 35-40 años, como es posible que todavía no seas capaz de invertir en tu propio desarrollo personal!
Y sé que me dirás: ¡Pastor, mi vida ha sido dura!
Y créeme que te entiendo, pues las de todos nosotros también.
Dios determinó por “DONDE“ yo pasaré….pero, me ha dejado a mí, el privilegio de decidir, “COMO VOY A PASAR”.
¡Y yo voy a pasar, agregando valor y dejando huellas de crecimiento, por doquier!
Así, que vuelto y pregunto: ¿Sigo?
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“Sigue Pastor”.
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